Veneno // Efectos tóxicos y sus manifestaciones
Veneno // Efectos tóxicos y sus manifestaciones
Gustavo Artigas, “Tropo 2 (N),” vídeo, 2016
Espacio Yvonne, Ciudad de Guatemala
Julio 2016
Dos manos aparecen contra un fondo blanco. Ellas se detienen allí, los dedos contraídos hacia la palma. El dedo índice de la izquierda envuelve al pulgar y lo aprieta por un momento. Las manos se abren. Descansan sobre una superficie invisible, y nos damos cuenta que existe allí un panel de cristal. La mano izquierda se abre un poco más, se despliegan los dedos como si recordasen algo. En seguida el índice izquierdo y el pulgar se encuentran. Mientras hacen un gesto que sugiere escritura. Se mueven rápido, con mayor fluidez; realizan gestos de manera osada y apresurada por todo el cristal impoluto, en el cual se pueden ver marcas de huellas dactilares. Manchones de grasa dejados por la piel grasosa sobre el vidrio. La mano derecha descansa. Ahora ambas reposan, y nosotros podemos imaginar (si acaso las manos pueden pensar) que las manos están meditando acerca de esos gestos realizados, como si los reconsiderasen. Una desaparece, mientras la otra abofetea la superficie—repetidas veces— limpiando y frotando. Pausa. Piensan. Manchan. Recuerdan. Escriben. Gesticulan. Se enrollan. Se desenrollan. Garabatean. Pausa. Las manos se abren, se ondean. Se juntan y recogen sus mangas. Más manchas producidas por huellas. Ahora: puntos, golpeteos. Una señala y araña. Luego, mientras las manos reposan sobre su parte posterior en el cristal, los dedos se contraen contra las palmas. Solo por un instante. La base de la palma descansa sobre el cristal y los dedos se abren bien, e inmediatamente todos los dedos se envuelven, casi como un gesto de auto-protección. Desaparecen.
Desde un entendimiento formal dentro de la historia del arte, este video podría ser el primo de aquel que muestra a Jackson Pollock mientras realiza una pintura (1950) realizado por Hans Namuth. Ambas obras muestran gestos del artista, vistos a través de un panel de cristal y el cual invita al espectador hacia un espacio íntimo del proceso del artista. Sin embargo, para Namuth, el film era una forma de celebrar la virtuosidad de uno de los maestros de la pintura del siglo XX. Aquí él lo que nos muestra es a un hombre a la altura de su poder creativo, mientras realiza pinturas expresionistas de gran formato. En el caso de “Tropo 2 (N),” Artigas elige mostrarnos algo un poco distinto. En contraste con el vídeo de Namuth, los gestos danzantes de las manos son alguna suerte de reedición de la última pintura del artista. El proceso no es heroico, pero íntimo; no es así acerca del triunfo sino más bien de la ausencia, de la pérdida.
El cuestionamiento encontrado en “Tropo 2 (N)” es el cómo sanarse uno mismo--de las toxinas que se infiltran en nuestro organismo, impregnadas y provenientes desde nuestro propio trabajo, de nuestra ciudad, de nuestras interacciones, de nuestro pasado. ¿Cómo re-balanceamos los "humores" en el cuerpo, cómo nivelamos las emociones que nos sacuden? ¿Nos sentimos sin esperanza a la luz de los eventos recientes? ¿Nos abatimos ante los desastres geopolíticos y ante las ruinas ambientales que hemos creado a nuestro alrededor? ¿Vemos la historia venidera con tristeza? Existen muchos tipos de venenos. Un estudio sobre Toxicología publicado por la Universidad de Cornell describe cómo el cuerpo regula el consumo y expulsión de toxinas. Cuando los sistemas reguladores no pueden ajustarse a los niveles normales del organismo, los efectos físicos como malestares y enfermedades se hacen evidentes. “El cuerpo humano es un organismo bioquímico vasto y complejo, finamente ajustado y adaptable,” señala el reporte, el cual es titulado “Manifestaciones de los efectos tóxicos.” Y así, el reporte termina con una nota optimista: “Muchos de los efectos tóxicos son reversibles y no causan daño permanente, sin embargo la recuperación completa puede tomar un largo tiempo.”
Existen muchas maneras de curarse, dice el vendedor de aceite de culebra, las religiones del mundo, los yoguis y los chamanes, los libros de auto-ayuda, y los manifiestos de auto-cuidado. Y todos tienen razón. Hay muchas maneras de sanar. Además, sanar puede significar muchas cosas diferentes. Naomi Rincón Gallardo (EEUU/México, 1979) fue una pintora. Los efectos tóxicos de la pintura con la que trabajó se manifestaron al envenenar el cuerpo de la artista. “Tropo 2 (N)” rinde indudablemente homenaje a sus gestos—a delicada coreografía de movimientos—esa N recuerda aspectos de su vida pasada. Pero el gesto del vídeo en sí mismo no es uno melancólico. En vez de eso, Artigas señala el cómo las toxinas se manifiestan en la transformación de la N. Después de dejar su carrera como pintora, ella se volcó hacia el trabajo basado en prácticas teatrales, específicamente en comunidades clandestinas de la ciudad de México. Y, por lo tanto, cuando se nos muestra la coreografía de gesticulaciones manuales, se nos muestra la memoria de algo que fue tan complicado, cargado de tensiones emocionales y tóxicas, una mezcla de pasión y destrucción. Nosotros entonces sentimos la memoria de las manos. Y nosotros sabemos que ellas no solamente sobrevivieron, sino que re-inventaron lo que ellas mismas podían hacer.
—Laura August
Ciudad de Guatemala, 2016
Traducción por Fernando Felíu-Moggi